Por: Juan Oportot Campillay y Benjamín Bravo Yusta, Doble Espacio, Revista de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.

A un año de la muerte de Francisca Sandoval, reportera de Señal 3 La Victoria, asesinada en el contexto del día Internacional del Trabajador y la Trabajadora de 2022, la investigación persigue responsabilidades individuales del imputado por el homicidio, Marcelo Naranjo. Sin embargo, la causa liderada por la fiscal Tania Sironvalle ha omitido el ataque organizado a la prensa, la inacción de Carabineros frente a los tiradores y sigue la tesis de homicidio simple, no homicidio calificado ni asociación ilícita, como solicita la familia y su abogado.

Doble Espacio accedió a documentos de la carpeta investigativa de la causa y conversó con abogados querellantes y testigos, quienes apuntaron a una serie de factores —ataque coordinado, una camioneta que habría distribuido armamento y munición, no actuación de Carabineros, entre otros— que no están siendo investigados en la causa que tiene a Marcelo Naranjo como único imputado y en prisión preventiva.

Eran las 10:55 del 12 de mayo de 2022 cuando Francisca Sandoval, madre de una pequeña que hoy tiene seis años, falleció en la ex Posta Central. Desde el 1 de mayo que estaba herida de gravedad tras recibir un impacto de bala en la cabeza en el contexto del día del trabajador y la trabajadora de ese año. Sin embargo, no se trató de cualquier disparo. Además de ser víctima de trauma ocular, según el parte médico del Servicio de Urgencias de la ex Posta Central, Francisca fue la primera periodista asesinada tras el retorno a la democracia.

El homicidio a un periodista en funciones que precede al de Francisca Sandoval es el de José “Pepe” Carrasco Tapia, quien fue acribillado a balazos en 1986 por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI). La razón: venganza de la dictadura cívico militar por el atentado hacia a Augusto Pinochet, ocurrido la noche del 07 de septiembre del mismo año.

En el caso de Francisca, y según diversos testigos del ataque armado, los cerca de quince tiradores estaban coordinados, tenían armamento automático y disparaban directamente a la prensa.

Además, testigos señalaron a Doble Espacio que los tiradores actuaron bajo el amparo de Carabineros, que “facilitó la actividad de quienes efectuaron los disparos” y era “consciente de que se efectuaba una conducta que iba a causar daño en alguna persona y se abstuvo de actuar”, denuncia Yuri Vásquez, abogado querellante de la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CChDH).

En conversación con Doble Espacio, el padre de Francisca, Pedro Sandoval,  aseguró que “si Carabineros hubiera actuado a tiempo con la gente que estaba disparando, no hubieran matado a mi hija”.

No obstante, el rol negligente que presuntamente tuvo Carabineros no ha sido investigado por la causa que lidera la fiscal jefe de la Unidad de Sistema de Análisis Criminal de la Fiscalía Centro Norte, Tania Sironvalle.

Marcelo Naranjo: imputado por homicidio simple

A la fecha, Marcelo Naranjo Naranjo es el único imputado en el caso y se encuentra en prisión preventiva. No es la primera vez. Con cuatro páginas de antecedentes de detenciones, formalizaciones y sentencias, Naranjo tiene cuatro condenas a presidio por tráfico ilícito de drogas y tenencia de armas.

Además, en 2011 el Décimo Juzgado de Garantía de Santiago lo condenó a 541 días de presidio por porte ilegal de armas, específicamente una pistola marca Taurus con cargador, 16 cartuchos nueve milímetros y dos cartuchos calibre 12.

El “Pestaña”, como es apodado en su círculo, se encuentra con prisión preventiva en el Centro de Detención Santiago 1, investigado por homicidio simple. Sin embargo, la familia de Francisca Sandoval y su abogado querellante, Víctor Pino, son críticos respecto a esta tesis de la fiscal Tania Sironvalle. Han solicitado en reiteradas ocasiones que la investigación sea por homicidio calificado.

“Encuentro el colmo que [la fiscal] lo tenga como un asesinato simple. Fue algo premeditado. Naranjo estaba disparando para agredir y matar a alguien. Es calificado para mí”, aseguró Pedro Sandoval a Doble Espacio.

Pino, por su parte, sostuvo a este medio que el Ministerio Público “no ha tomado en consideración la solicitud que hemos hecho (…) que esto se vea como un delito calificado en atención que a nuestro parecer hubo una asociación ilícita ese día, o sea, un grupo de personas que se juntaron, planificaron el ataque de manera ordenada y que tuvo como resultado la muerte de Francisca”.

Doble Espacio intentó entrevistar para este reportaje a la fiscal Tania Sironvalle. Vía correo electrónico, se excusó diciendo que “la causa se encuentra con plazo de investigación vigente, por lo cual es secreta respecto de terceros intervinientes”.

Los audios que contradicen a Naranjo

Esta investigación periodística tuvo acceso a la declaración voluntaria que Marcelo Naranjo dio a la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) el 2 de mayo de 2022, el día que fue detenido y un día después del disparo a Francisca Sandoval.

Según el imputado, el 1 de mayo fue a comprar al Barrio Meiggs y al percatarse de la pelea entre manifestantes y vendedores ambulantes “opté por tomar una pistola de fogueo, color negro, la que estaba sobre un puesto situado al medio de calle San Alfonso, no recuerdo de cuál puesto ni de quién era” declaró a la PDI.

A continuación, sigue la declaración, Naranjo habría caminado a media cuadra de la Alameda y “apunté como hacia arriba, disparando entre tres a cuatro disparos”. Aunque, según el imputado, “la pistola solo hacía ruido, no tiraba balas”. La declaración continúa diciendo que mientras Naranjo disparaba, se habría percatado de “personas que no conozco con pistolas, las cuales no sé si es que eran de verdad o de mentira”.

Después, según la declaración, se habría asustado y abandonado la pistola en medio del Barrio Meiggs. Se retiró, menciona Naranjo, en su vehículo personal estacionado en la intersección de Sazié con San Alfonso, a cuatro cuadras del atentado armado.

Sin embargo, Doble Espacio accedió a mensajes telefónicos de Naranjo que desmienten su declaración.

Este medio tuvo acceso a las conversaciones que Naranjo mantuvo con su pareja, Celia Jara, por Whatsapp el día 01 de mayo de 2022, mientras disparaba a los manifestantes. En los diálogos por audio, Naranjo asegura que “yo descargué la wea mía po. Estamos todos tirándole balazos a los weones pa allá pa la esquina. Weón quedé sin balas yo, así que vine de nuevo pa acá pal puesto (…) Si dejamos la cagá ahí en la esquina po weón. Más de algún weón tiene que haber caído, en la Alameda tiene que estar tirado weón. Quedé sin balas, tuve que descargarla entera weón. Todos tirándole balazos weón”.

En otro audio enviado a Jara, Naranjo dice que “está la cagá en la Alameda. Más de algún weón tuve que haberle pegado si porque estaba la cagá. Querían todos meterse pa acá po weón, así que estaban todos balazos, si yo quedé sin balas por esa wea me vine pa acá (…) Le estoy diciendo a los que están aquí que me consigan unas balas para cargarla po weon, si quedé sin balas yo po”.

A pesar de esto el Ministerio Público ha insistido en la tesis del homicidio simple. “Para la Fiscal, iba Naranjo por un lado y Francisca por el otro, no hay contexto. Un delito común como cualquiera que ocurre en la madrugada donde una persona y un delincuente se cruzan” aseguró Víctor Pino a este medio.

Asimismo, se tuvo acceso exclusivo a una conversación que tuvo Celia Jara, pareja de Naranjo, con un contacto telefónico registrado como “Comadre Yoselin”. En los mensajes por audio, “Comadre Yoselin” asegura que, al momento de la detención de Naranjo, “no le encontraron nada si. Nada, nada, nada po. Ni la pistola ni nada de esas cuestiones”. A lo que Jara responde “No, no. Nada. Gracias a Dios nada le encontraron, así que imagínate”.

La pistola a la que presuntamente aluden en la conversación es una Glock .40. El arma que asesinó a Francisca Sandoval. Armamento automático y de guerra que, además de estar prohibido su uso y circulación en Chile, el Ministerio Público no ha localizado.

No obstante, el arma no es lo único que no ha aparecido en la investigación judicial. Testigos y abogados querellantes señalaron a Doble Espacio que Naranjo y los demás tiradores, junto con estar resguardados por Carabineros, actuaron organizados, dispararon directo a la prensa y habrían recibido ayuda de una camioneta negra que habría distribuido armamento y munición.

Ataque organizado a la prensa

Cuando Amalia Gálvez, fotógrafa profesional y reportera, llegó a la Marcha de la Central Clasista de Trabajadores —a esas alturas cerca del escenario donde habría de terminar la convocatoria, en Matucana con Alameda— se percató que el ambiente en el Barrio Meiggs era tenso.

Comenzó un enfrentamiento entre los manifestantes y los denominados toldos azules, quienes comenzaron a responder con fuegos artificiales, según Gálvez, “no hacia el aire, sino que hacia los manifestantes”. Uno, dos, tres cuatros minutos de fuego incesante. Se percató de los sonidos. “No me di cuenta que eran balazos hasta ese momento”, aseguró Gálvez en conversación con Doble Espacio.

Los disparos duraron cerca de quince minutos, según señalaron testigos para este reportaje. Además de pistolas automáticas, los tiradores tenían fuegos artificiales, fierros y armas blancas. Terminado el atentado, los heridos que constataron lesiones de bala eran tres: un reportero de Piensa Prensa, una reportera de Radio 7 y Francisca Sandoval, de Señal 3 La Victoria. Todos cumplían labores de prensa.

Gerardo Cortéz, reportero de Señal 3 La Victoria quien estaba en terreno aquel día y compañero de labores de Francisca, señaló a Doble Espacio que los tiradores no dispararon aleatoriamente a la multitud. “No, eso no sucedió. Fue dirigido hacia donde estaba la prensa. Ataques directos a la prensa popular. Fue concertado, no fue al azar. Y así como fue Francisca pudo haber sido cualquiera de nosotros”, afirma.

Además del ataque a la prensa, hay otros detalles que hacen presumir a la parte querellante que no se trató de un atentado esporádico, sino de uno coordinado y organizado previamente. En medio de los disparos que emitían los cerca de quince tiradores que había en San Alfonso, testigos señalaron a Doble Espacio la llegada de una camioneta que habría distribuido armamento y munición a los tiradores.

Doble Espacio accedió a las fotos que sitúan a la camioneta en el lugar de los disparos. Se trata de una camioneta negra Hyundai Tucson del año 2022 que incluso, indican las fotografías, mantuvo contacto con Carabineros después de haber presuntamente distribuido munición. Amalia Gálvez recuerda haber visto a “una señora rubia” manejando la camioneta Tucson. Este medio constató que el automóvil está a nombre de Romina Aguilera Morales, quien mantiene querellas en tramitación por delitos marcarios y por oposición a la acción de las autoridades.

Ni la camioneta ni su dueña son parte de la causa que lleva el Ministerio Público, a pesar que la parte querellante solicitó “que se incorporara a la investigación, pero en la carpeta no figura nada. Desconocemos más información puesto que la Fiscalía no ha hecho nada en ese sentido” aseguró Víctor Pino a Doble Espacio.

Además de la camioneta, llama la atención de la familia y la parte querellante la organización de los tiradores. “Pareciera ser que tenían entrenamiento paramilitar. Se movían con táctica mientras algunos atacaban, otros recargaban y tomaban posición. La forma en cómo se parapetaban. Las posiciones de tiro también. Sabían manejar armas” afirmó Pino.

Es por eso el alegato de la parte querellante para agregar el delito de asociación ilícita a la investigación. “Asociación ilícita entendiendo que esto puede tener una estructura, una planificación previa, una premeditación” mencionó Pino. Sin embargo, el Ministerio Público ha desestimado estas solicitudes.

“Si se considerase la teoría que nosotros hemos planteado, que hay crimen organizado y que hay una asociación ilícita, debiese aumentar el número de detenidos y procesados por el crimen de Francisca y también la cuantía de la pena” acotó el abogado a Doble Espacio.

Por el momento, ninguno de estos elementos ha sido investigado. El Ministerio Público persigue las responsabilidades individuales de Naranjo. Ha omitido la organización. Y también la inacción de Carabineros que acusan los testigos, los abogados y la familia.

Rol de Carabineros: lo que Fiscalía no quiere investigar

“Si Carabineros hubiera actuado a tiempo con la gente que estaba disparando, no hubieran matado a mi hija”, dijo el padre de Francisca. En su domicilio, ubicado en la comuna de San Miguel, su hija habita en las paredes y muebles con diversas fotos que invitan a su recuerdo. “Justicia para Francisca”, señala una imagen.

Son múltiples las dudas respecto al actuar de Carabineros de Chile el día de la manifestación. Dudas que han sido objeto de discusión entre los abogados querellantes, la familia, los compañeros de Francisca y la Fiscalía. Dudas que, a más de un año del asesinato de la joven reportera, han entregado pocas y desalentadoras respuestas.

Denominada como “Marcha y Acto Día Internacional de los Trabajadores”, la autorización para efectuarse se determinó por la “Conformidad n°69”, documento firmado y timbrado por la delegada presidencial de la región Metropolitana de Santiago, Constanza Martínez Gil.

En este se puede leer que “[…] a realizarse el día domingo 01 de Mayo de 2022, desde las 10:30 a 14:00 horas, con inicio de desplazamiento a partir de las 11:00 horas en Av. Libertador Bernardo O’Higgins con Av. Brasil, para avanzar por calzada norte de Av. Libertador Bernardo O’Higgins al poniente hasta calle Matucana”.

Asimismo, con respecto a la función de Carabineros de Chile, según los “Protocolos para el mantenimiento y Restablecimiento del Orden Público”, se señala una serie de medidas, recomendaciones y etapas que el personal policial debe considerar para el mantenimiento del orden público y resguardo social en una manifestación pacífica.

No obstante, en base a los testigos entrevistados y el material audiovisual consultado por Doble Espacio respecto al acontecimiento, el tenor del ambiente fue totalmente distinto. También, el actuar de Carabineros distó de lo establecido en los documentos, recomendaciones y protocolos para operar en situaciones de actividades ilícitas en manifestaciones.

“El ambiente en la manifestación era el que se da habitualmente. Pacífica, pero con harta represión policial, que es lo usual. Todo cambió cuando llegamos a Meiggs”, dice Gerardo Cortez, reportero de Señal 3 La Victoria, quien estuvo presente en la marcha ejerciendo su labor periodística.“Los disparos comenzaron un poco después de que llegamos al punto”, sostiene.

“Eran fuegos y disparos. Fue como media hora o cuarenta minutos. No sabía de la Francisca, pero la gente decía que había un herido. Habían dos guanacos al medio y mojaban a los manifestantes mientras los baleaban”, dice Amalia Gálvez, fotógrafa presente durante la manifestación.

En el documento señalado anteriormente sobre los protocolos que Carabineros debe considerar en caso de algún hecho ilícito que atente contra la pacificidad de una manifestación, se establece que “los autores de delitos deben ser identificados y detenidos selectivamente con prontitud”, como también, “deben ser separados del resto de la manifestación para adoptar el procedimiento que corresponda al caso”.

No obstante, tanto Gerardo como Amalia, quienes estuvieron presentes ese día ejerciendo sus labores como reporteros, sostienen que el actuar de Carabineros distó mucho de lo esperado por una institución encargada de resguardar el orden público y seguridad.

“Ellos protegieron a las bandas que estaban en Meiggs. Es más, cruzaron el carro lanza agua en donde estaban los tiradores y ellos desde detrás del carro disparaban”, dice Gerardo, quien señala que los funcionarios policiales no hicieron nada para repeler el ataque que sufrieron ese día.

Por otro lado, Amalia, asegura que el actuar de Carabineros fue nulo hacia quienes estaban disparando. “Ellos solo reprimieron a los manifestantes. Jamás ingresaron a San Alfonso y jamás reprimieron a los tiradores”, sostiene.

Victor Pino, abogado de la familia de Francisca, señala que la participación de la institución fue la de omitir su mandato legal y constitucional, en donde se evidenció una constante protección a los tiradores.

“Si ves las imágenes y haces el seguimiento cronológico, no hubo ningún chorro de agua ni de gas que fuera en dirección a donde estaban los tiradores, sino que todos fueron hacia los manifestantes”, dice Pino, quien agrega que cuando los manifestantes reaccionaban defendiéndose frente a quienes estaban disparando, Carabineros cerraba la calle y arrojaba gases lacrimógenos.

El actuar de Carabineros fue negligente, según Yuri Vásquez, abogado querellante de la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CChDH), donde agrega que se le atribuye a la institución el delito de apremios ilegítimos cometidos por omisión. Esto, pues ante los reiterados llamados de auxilio que hubo, el personal policial no concurrió a socorrer, proteger ni a atender la situación. “Al omitir actuar en concordancia con dicha responsabilidad, permite que se produzca este desenlace dañino que es la muerte de Francisca”, dice.

Omisión, desprotección y negligencia. Pese a que la investigación interna de Carabineros desestimó que los uniformados habrían actuado en colaboración con los tiradores, son muchas las dudas con respecto al operativo desplegado por la institución el día de la manifestación. Hay una incógnita que acrecienta la incertidumbre de quienes estuvieron presentes en el momento en el que dispararon a Francisca: el diálogo existente entre Carabineros y los denominados “toldos azules” previo y durante el atentado armado y, sobre todo, qué conversaciones mantuvieron en ese momento.

“Creemos que hay más de un delito. No solo el homicidio de Francisca, sino también el de apremios ilegítimos por omisión”, dice Vásquez a Doble Espacio, quien agrega que los tiradores tuvieron una suerte de “libertad de acción” sin que se vieran interrumpidos por el actuar de Carabineros. También, para que pudieran retirarse sin ser atacados por los manifestantes, asegura.

“En grabaciones aparece que a los mismos gallos los protegían. Los vimos que estaban al lado de los tiradores”, dice Pedro Sandoval, padre de Francisca, quien también comparte una visión frente a la presunta coordinación entre el personal policial y los tiradores. “Las imágenes y la misma situación te lo dicen. Si se encuentran disparando más de media hora y nadie llega al lugar, es porque los carabineros se estaban haciendo los lesos. No asumieron lo sucedido. Ahí hay muchos de ellos que están involucrados”, agrega.

Frente a las dudas existentes respecto al actuar policial, tanto la parte querellante correspondiente al CChDH, como la parte familiar representada por el abogado Víctor Pino, han solicitado distintas solicitudes de diligencias para el avance de la investigación y así corroborar la veracidad o falsedad de dichas teorías.

Entre los elementos solicitados se encuentra la individualización de los carabineros presentes en la manifestación; el detalle de los funcionarios que tripulaban el vehículo policial blanco nº12 de patente PBRK-46; los arietes y/o dispositivos desplegados; la copia en formato audio y la transcripción de las comunicaciones sostenidas en el acontecimiento; y una copia íntegra de las imágenes de los funcionarios que portaban cámaras corporales o Go-Pro, así como otro tipo de grabación.

Además, en la querella de la CChDH, Ricardo Yañez, General Director de Carabineros, figura como imputado por apremios ilegítimos.

Sin embargo, la solicitud a las diligencias requeridas por las partes querellantes no ha sido acogida por la Fiscalía. Asimismo, Ricardo Yañez tampoco ha sido llamado a declarar durante el periodo que lleva la investigación, la que a día de hoy supera el año y un total de cinco solicitudes de aplazamiento.

“¿Qué es lo que está haciendo la Fiscalía en particular? Está enfocando la causa en establecer la responsabilidad de Marcelo Naranjo, pero no ha tomado en consideración ni la solicitud ni la opinión que hemos hecho como querellantes”, explica Pino, quien agrega que las diligencias solicitadas por la parte querellante buscan saber si hubo delito de omisión por parte de Carabineros y/o una eventual colusión con los tiradores.

“Yo no me mando sola”

A la fecha, la Fiscalía sigue omitiendo la solicitud de diligencias que las partes querellantes han solicitado para investigar a Carabineros. “Por mera voluntad de la Fiscalía nomás, ya que si se establece que Carabineros tiene una mínima participación pasa a ser directamente violación de los derechos humanos. Eso ya traspasa a Carabineros y es un rol del Estado”, asegura Pino, quien cree que la ausencia de la investigación a la institución se debe a los efectos políticos que esto podría generar.

Cuando, luego de varias solicitudes e insistencias, Víctor Pino increpó a Tania Sironvalle sobre la no investigación a Carabineros en la causa, la fiscal fue enfática.

—Yo no me mando sola, quien me manda es el fiscal regional—dijo Sironvalle.

Hace unos meses, Pedro Sandoval y Víctor Pino se reunieron con el Presidente Gabriel Boric y otros ministros en La Moneda. La familia quería hablar del caso y del actuar de Carabineros. Si bien reconoce que desde la presidencia han sido cercanos, la respuesta del padre de Francisca sobre la posición del Gobierno es enfática: “La última vez que fuimos allá yo me sentí bastante defraudado. No quieren seguir ahondando en el tema, esa es la posición”.

Así como con el Ejecutivo, la familia y abogados también tienen reparos con la labor del Ministerio Público en la investigación. Dada la reticencia de la fiscal Sironvalle a incorporar los delitos de homicidio calificado, asociación ilícita y de investigar a la institución uniformada, Víctor Pino aseguró a Doble Espacio que la gestión de Fiscalía “no la califico como lenta, pero sí insuficiente”.

Pedro Sandoval, padre de Francisca, ha asumido el rol de portavoz de una familia afectada por el homicidio de una hermana, compañera, hija y madre. Sus memorias acogen recuerdos de todo tipo. La infancia de Francisca, la pandemia que vivió junto a su hija, la marcha a la que alguna vez fueron. El amor prevalece intacto. “La Pancha era muy sobreprotectora conmigo. Éramos muy cercanos…muy cercanos. Ella era mi guagua”, dice.

Desde la Señal 3 La Victoria buscan que el 12 de mayo, día de la muerte de Francisca, sea declarado como el Día de la Prensa Popular. Es que habita en cada rincón de los pasillos en forma de fotos, de poemas, de memoria. Bajo la placa del estudio de televisión llamado “Francisca Sandoval”, hay un memorial que conmemora a la joven madre de 29 años y reportera asesinada. Un cigarro, una cerveza pendiente, un pañuelo, una flor. Un girasol artificial que descansa sobre el encuadre de Francisca cuyo rostro vela tierno, tranquilo e imbatible por todos sus compañeros reporteros, quienes la recuerdan con cariño.

“Ella tenía la sonrisa flor de la vida. Nunca la veías bajoneada, siempre llegaba aquí tirando tallas. Era quien nos subía el ánimo. Muy extrovertida y buena amiga, tenía disponibilidad para todos los requerimientos que el canal necesitaba. Esta era su segunda casa, ella misma lo decía”, comenta Gerardo Cortéz.

Un poco más arriba el memorial se extiende y toma la forma de un poema que Beatriz Villar le dedicó a Francisca. Parte de los versos rezan lo siguiente.

Vuela alto, Francisca, compañera

no quiero yo escribir para tu muerte

tu esencia sigue viva, bella y fuerte

en juventud de eterna mensajera

¡Qué día de tristeza indescriptible!

la impunidad se ha naturalizado

este pueblo sufrido y rebelado

despide a una mujer imprescindible

Poema de Beatriz Villar a Francisca, Señal 3 La Victoria. Fotografía por Benjamín Bravo Yusta.

 

Con Francisca descansando en la memoria, las solicitudes de la familia y los abogados para que se incorporen sus reparos a la investigación son incesantes. Para que haya justicia, para que haya descanso, para que, como reza el poema de adiós a Francisca, la impunidad no se naturalice.

 

Fuente de la nota: Doble Espacio, Revista de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile.