Discurso por el 41 aniversario de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, pronunciado por el Presidente de la CCHDH, don Carlos Margotta Trincado.
Estimados amigos y estimadas amigas:
En primer lugar, quiero saludar al dueño de casa, Francisco Estévez, y agradecer al mismo tiempo, a todas y todos ustedes, por acompañarnos en este significativo día.
El Acto que hoy nos convoca, de conmemoración de los 71 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos y 41 años de nuestra Institución, se realiza en momentos muy dramáticos pero a la vez, muy cruciales para el devenir histórico de nuestro país.
En efecto, en nuestra historia reciente, las violaciones a los Derechos Humanos cometidos por la dictadura cívico militar, fueron el medio necesario de que se valieron los detentadores del poder dictatorial para imponer un nuevo orden político, económico, social y cultural, que puso freno al proceso de transformaciones sociales que impulsaba el Gobierno legítimamente constituido de Salvador Allende, mediante la expresión genuina del ejercicio de la soberanía popular y que fuera arrebatada violentamente con el Golpe Militar.
Hoy, se repite la historia. Frente al masivo estallido social que exige cambios estructurales y un modelo de sociedad distinto, que termine con la concentración del poder económico, y la consecuente injusta desigualdad, y que permita además, la recuperación de la soberanía política a través de una Nueva Constitución, y el pleno ejercicio de la soberanía económica a través de la recuperación de las riquezas básicas, la respuesta de los detentadores del poder económico y político, ha sido la aplicación de una violenta represión, a través del uso de la fuerza militar y policial, constitutiva de una política de violación grave, masiva y sistemática a los derechos humanos, que se tradujo en homicidios, cientos de heridos, mutilaciones a través de la pérdida total ó parcial de la vista, violencia sexual extrema y miles de detenidos.
Las masivas, graves y sistemáticas violaciones a los Derechos Humanos, fueron constatadas tanto por organismos nacionales como internacionales, (Amnistía Internacional y Comisión Interamericana de Derechos Humanos), a través de sendos Informes y Comunicados, los que coincidieron en denunciar el ilegítimo uso de la fuerza por parte de las fuerzas policiales y militares en contra de personas indefensas que se manifestaban pacíficamente en las calles.
En esta hora dramática para el pueblo chileno, la Comisión Chilena de Derechos Humanos, ha tratado de cumplir con su misión institucional y, al igual que ayer, ha procurado estar a la altura de los legítimos requerimientos de las víctimas.
Para enfrentar la emergencia, conformó varios equipos. Un equipo jurídico, para visitar Postas y Hospitales, Comisarías y unidades policiales, y defender a las víctimas ante Tribunales y denunciar judicialmente las violaciones a sus derechos humanos; un equipo sicológico, para atender a las víctimas y sus familiares por los traumas causados por la represión; un equipo internacional, para denunciar las graves vulneraciones ante las diferentes instancias del sistema de protección universal y regional de los derechos humanos; un equipo audiovisual, para difundir a través de videos, cápsulas y piezas gráficas, lo que estaba sucediendo en nuestro país para lo cual ha contado con el apoyo comprometido de numerosos actores y actrices; y un equipo de estudios, para sistematizar la información recopilada a través de las denuncias, realizado en un trabajo colaborativo con la Red de Sitios de Memoria.
Además, nuestra Institución se integró a la Red de la Defensoría de la Universidad de Chile, compuesta por varias organizaciones e instituciones de Derechos Humanos, generó sistemas de colaboración y coordinación con el Colegio Médico y su Departamento de Derechos Humanos, se relacionó con distintos puntos de Salud que atendían en la calle a víctimas de la represión policial y estableció un trabajo conjunto con la Red de Sitios de Memoria. Además, implementó un Acuerdo de colaboración con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, que se ha traducido en la atención jurídica y sicológica de sus estudiantes heridos en las manifestaciones, especialmente por disparos de perdigones que les han causado a muchos, serias lesiones oculares. A esa Casa de Estudios, pertenece Gustavo Gatica, un estudiante de 21 años a quién la policía le cegó su vista pero no su mirada, y a quien a través suyo, rendimos homenaje hoy, a todas y cada una de las víctimas de la represión.
Cabe agregar, además, que el sábado recién pasado, se acordó una asistencia jurídica y sicológica permanente de parte de la Comisión Chilena de Derechos Humanos a la Coordinadora de Víctimas de Trauma ocular, con el fin de entablar las acciones penales correspondientes ante los Tribunales nacionales, así como denunciar sus casos ante los distintos órganos del sistema de protección internacional de derechos humanos. Una presentación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ya se está preparando, en alianza con la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, reconocida y prestigiosa organización de la República hermana de Argentina, que tiene estatus consultivo en Naciones Unidas, y en la que concurrirán con sus insumos y/o con su firma, importantes organizaciones sociales y de derechos humanos de nuestro país.
Hemos establecido también, niveles de contacto permanente con chilenos y chilenas en el exterior, quienes han desplegado una vasta tarea de denuncia y difusión de lo que está ocurriendo en nuestro país. Hoy, al igual que ayer, la solidaridad internacional está resultando decisiva para la debida defensa de los Derechos Humanos. Nuestros contactos en Ginebra, Suiza y Francia, han sido determinantes.
Especial mención para chilenos y chilenas en Francia, quienes han realizado acciones de apoyo a nuestra Institución, en su tarea de otorgar la debida atención a las víctimas.
Además, se creó una Red regional con muchos grupos organizados en distintas ciudades del país, quienes se comunicaron con nosotros para solicitar el apoyo institucional para desarrollar su trabajo de defensa de las víctimas.
En el plano estrictamente jurídico, hemos entablado denuncias y querellas que buscan perseguir la responsabilidad de los graves crímenes contra los derechos humanos, no sólo de sus autores materiales, sino también de las autoridades civiles, incluidos el Presidente de la República y el Ministro del Interior, además de los jefes militares y policiales, según lo establece la legislación interna y la normativa nacional e internacional de derechos humanos aplicable en estos casos. Sin perjuicio de recurrir a los órganos de protección del sistema de Naciones Unidas para el mismo objetivo.
Ello ha provocado una fuerte reacción del Gobierno el que, a través de uno de sus abogados, atacó duramente a nuestra Institución, y en particular a quien la dirige, usando la tribuna de los principales medios televisivos y de la prensa escrita.
Frente a estas amenazas veladas, queremos reafirmar ante ustedes, que nuestra Institución seguirá cumpliendo con su deber, continuará alzando su voz denunciando las graves, masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas, y por tanto, no abandonará a las víctimas ni menos renunciará a sus profundas convicciones.
En efecto, la máxima autoridad del país, Sebastián Piñera, ha intentado deslindar su responsabilidad en los graves crímenes internacionales cometidos a través de la acción de las Fuerzas Armadas y de Orden. Al igual que ayer, en que los representantes de la dictadura cívico militar en los foros internacionales, que señalaban que sólo se habían producido excesos, ó casos aislados que los Tribunales de Justicia debían investigar y sancionar, hoy, el libreto se repite.
Del mismo modo, el vano intento del v Presidente de la República y sus voceros, de negar la existencia de violaciones sistemáticas a los derechos humanos, persigue el mismo objetivo: eludir su responsabilidad penal en los hechos. Nosotros no cejaremos en nuestro empeño de denunciar su actuar, porque nos asiste la plena convicción que hemos fundamentado correctamente nuestros planteamientos jurídicos, que se basan tanto en la legislación nacional como en la normativa internacional de derechos humanos aplicable, según expreso mandato constitucional establecido en el inciso segundo del artículo 5° de la Constitución aún vigente, así como en la frondosa jurisprudencia emanada de los tribunales internacionales.
Estimados amigos y estimadas amigas:
La Comisión Chilena de Derechos Humanos, ha sostenido invariablemente desde hace ya varios años, que entre las deudas de la Justicia Transicional, -Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición-, está la de recuperar el ejercicio del principal derecho colectivo arrebatado al pueblo chileno mediante el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973: el derecho a su libre determinación, establecido en el Artículo 1º homónimo, tanto del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ambos complementarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y suscritos y ratificados por el Estado de Chile.
Hoy, millones de chilenas y chilenos exigen en las calles una Nueva Constitución, porque la actual constituye el principal obstáculo para el ejercicio de derechos sociales básicos, como el Derecho a la Salud, a la Educación, a la Seguridad Social, a una Remuneración justa y a una Vivienda digna, entre otros derechos fundamentales.
Valoramos que la masiva exigencia en las calles haya abierto paso al debate constitucional.
Sin embargo, para que el proceso constituyente en curso, sea un fiel reflejo del libre ejercicio de la soberanía popular, hemos sostenido que deben cumplirse las siguientes condiciones:
1° La nueva Constitución debe tener una incuestionable legitimidad social, tanto en su génesis como en su contenido.
En efecto, la crisis actual sólo será superada si la Nueva Constitución es expresión de un verdadero ejercicio de la soberanía popular. Ello supone desarrollar un proceso constituyente inclusivo y democrático, en el cual todos los chilenos y chilenas se sientan no sólo partícipes, sino que actores protagónicos, tal como lo recomendó Naciones Unidas, a través del Informe del PNUD, de 2015.
Ello supone, posibilitar el voto de los chilenos que viven en el extranjero, el voto de los mayores de 14 años, una integración paritaria de género, una representación garantizada para representantes de pueblos originarios, voto obligatorio y un financiamiento público para que la elección sea libre e informada.
A su vez, el órgano constituyente originario debe concordar autónomamente sus quórums y procedimientos, y estar integrado principalmente por representantes elegidos democráticamente, a través de un sistema electoral que dé garantías de igualdad de condiciones, a todos los candidatos, sean independientes ó de partidos políticos. Y si no se logra el quórum acordado, se deben plebiscitar las diferencias.
2º En relación a los contenidos de la Nueva Constitución, éstos deben tener como marco referencial, las normas contenidas en los Pactos y Convenciones de Derechos Humanos, cuya suscripción y ratificación por parte del Estado de Chile, han generado obligaciones internacionales cuyo cumplimiento no se puede soslayar. Por lo tanto, una Nueva Constitución debe superar la filosofía del Estado Subsidiario vigente e instituir un Estado garante de Derechos, cuyo eje central sea el respeto y garantía de derechos sociales básicos, tales como el Derecho a la Educación, a la Seguridad Social, a una remuneración justa, a la Vivienda Digna, entre otros.
En cuanto al cronograma fijado, nos parece demasiado extenso, atendidas las urgencias y la gravedad de la crisis.
Si no se acorta, proponemos la discusión legislativa ahora, de dos cruciales proyectos de reforma constitucional que hemos estado trabajando este año, tanto con el destacado académico constitucionalista, Humberto Nogueira Alcalá como con el Colegio de Periodistas.
El primer Proyecto busca asegurar, mediante la modificación del Artículo 5° de la actual Constitución, la plena aplicación de los Pactos y Convenciones de Derechos Humanos por parte de los tres Poderes del Estado, evitando interpretaciones que impidan la debida protección de los derechos humanos de los chilenos y chilenas.
El segundo Proyecto de reforma constitucional, busca consagrar el Derecho a la Libertad de Expresión, garantizando el pluralismo informativo e impidiendo la concentración de la propiedad de los medios de comunicación.
Nos parece que la urgencia de abordar ahora estos temas, ha quedado absolutamente evidenciado en estos días.
En efecto, en los tres Poderes del Estado, aún soslayan el carácter obligatorio de los Derechos Humanos, y sólo le asignan la condición de referencia moral no vinculante.
A su vez, los grandes medios de comunicación, especialmente los canales de televisión, no cumplen con su deber de informar verazmente, sino que son usados para generar climas de opinión proclives a la defensa de los intereses de sus dueños y consecuencialmente del statu quo.
La importancia que le asigna nuestra Institución a los derechos humanos como marco normativo obligatorio del nuevo modelo de sociedad a la que aspiran mayoritariamente los chilenos y chilenas, es el fundamento del reconocimiento a Carmen Hertz, y su valiente lucha por este empeño.
La Libertad de expresión como pilar esencial del sistema democrático de toda sociedad civilizada, es el fundamento de nuestro reconocimiento a la Radio Universidad de Chile, por estar al servicio del país y de los valores democráticos y no de los intereses de los detentadores del poder político y económico.
Convocamos a las organizaciones sociales aquí presentes a apoyar decididamente estas iniciativas, pues responden al anhelo mayoritario del mundo social y a una exigencia de toda sociedad democrática. Y a los Partidos Políticos, a promover mociones parlamentarias dentro del Congreso para impulsarlas.
Para tal efecto, se les entregará una Carpeta con ambos textos, para su debido estudio y análisis, y posterior resolución.
Amigos y Amigas:
Hemos señalado además, que para superar la actual crisis, tal como lo señaló en su momento el Cardenal Silva Henríquez, en plena dictadura cívico militar, la Paz debe ser obra de la Justicia.
Hoy, la Paz supone cumplir con una exigencia básica emanada de las obligaciones internacionales del Estado de Chile, cual es, impedir la Impunidad en materia de violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el período, y garantizar la debida reparación a las víctimas y/o familiares. Por eso alentamos, la creación de una Comisión de Verdad y Reparación que se haga cargo de las deudas del pasado y del presente, así como la exigencia de Justicia ante los tribunales nacionales y/o órganos jurisdiccionales internacionales.
La Justicia, como fundamento de la paz social, también debe expresarse en la adopción inmediata por parte del Gobierno y del Parlamento, de medidas de carácter legislativo y/o administrativas que satisfagan necesidades urgentes de la población, como la de los trabajadores activos y los pasivos, y su impostergable derecho a un salario decente y a una pensión digna, que son algunas de las legítimas demandas que dieron origen a la rebelión social. Estas medidas, para ser efectivas, deben ser expresión de una agenda social robusta, fuera de la lógica del mercado y del Estado subsidiario y deben ser una clara señal de la voluntad de superar el modelo neoliberal que nos rige, que considera los derechos sociales como bienes de consumo.
Las injustas condiciones de vida a que están sometidos millones de chilenos y chilenas, no admiten espera y deben enfrentarse hoy, no mañana.
A nuestro entender, en estas medidas deben concentrar sus esfuerzos y energías los partidos políticos, si desean recuperar la confianza del movimiento social y sus organizaciones. Y no en falsas agendas de seguridad impulsadas por el Gobierno, que sólo buscan criminalizar la protesta social, vulnerando libertades y derechos humanos fundamentales.
Los sectores políticos democráticos deben ser consecuentes con su discurso y escuchar el grito mayoritario de los chilenos que exige un cambio del actual modelo social y político que niega el ejercicio de derechos sociales básicos. Aceptar meras correcciones al modelo, perpetuará la desigualdad, la injusticia y el abuso institucionalizado, a la vez que constituiría un grave incumplimiento de las obligaciones internacionales del Estado chileno en materia de derechos humanos.
Por último, y junto con agradecer a nombre de la Institución a todos quienes desinteresadamente nos han colaborado para cumplir con nuestra tarea en la hora presente, reiteramos la vigencia de las palabras de nuestro fundador, don Jaime Castillo Velasco, quien afirmaba que los Derechos Humanos serán reconocidos y respetados cuando unidos, los exijamos. Por tanto, promovemos el legítimo derecho de los chilenos y chilenas a movilizarse pacíficamente en pos de un nuevo proyecto de sociedad que sea producto de un genuino ejercicio de la soberanía popular, que les garantice el legítimo derecho a vivir en paz y el debido respeto y garantía de sus derechos humanos, condición indispensable para alcanzar la plena realización de la dignidad humana.
MUCHAS GRACIAS.
Radio U. de Chile recibe Premio Jaime Castillo Velasco por la defensa y promoción de los DD.HH.
Por Radio Universidad de Chile.
El reconocimiento que año a año otorga la Comisión Chilena de Derechos Humanos fue otorgado por primera vez a un medio de comunicación. Así también, fue premiada la abogada y diputada comunista Carmen Hertz.
En el marco de la conmemoración de los 41 años de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, la tarde de este lunes, en el auditorio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, se llevó a cabo la entrega del Premio Jaime Castillo Velasco.
En una emotiva ceremonia y ante un auditorio al tope de su capacidad, en su edición 2019 la organización por la defensa y promoción de una cultura de derechos humanos destacó a la abogada Carmen Hertz y a Radio Universidad de Chile.
Con un sentido discurso, el presidente de la Comisión Chilena, Carlos Margotta, agradeció a los reconocidos por su labor en la defensa y promoción de los valores democráticos, y anunció dos propuestas con que la organización busca garantizar la protección de los derechos humanos en una nueva Constitución.
“La libertad de expresión como pilar esencial del sistema democrático de toda sociedad civilizada, es el fundamento de nuestro reconocimiento a nuestro reconocimiento a la Radio Universidad de Chile. Por estar al servicio del país y de los valores democráticos, y no de los intereses de los detentadores del poder económico y político“, afirmó Margotta.
En representación de la casa de estudios, la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Faride Zerán, valoró la condecoración, destacando la labor que ha realizado la emisora de la Universidad y ratificando el compromiso de la institución con la defensa y promoción de los derechos humanos.
“Es un honor para nuestra universidad que en esta ocasión se haya decidido reconocer el rol de nuestra emisora (…) en la defensa y promoción de los derechos humanos, porque sabemos que no ha sido este el posicionamiento de parte importante de los medios de comunicación masivos, quienes parecieran estar a disposición del poder, instalando y validando sus discursos”, sostuvo la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones.
Por su parte, y en nombre de todo el equipo de la emisora, el director de Radio Universidad de Chile, Patricio López, agradeció a la Comisión Chilena de Derechos Humanos por otorgar -por primera vez- el premio a un medio de comunicación, sobre todo en un contexto en donde la labor periodística se ha tornado fundamental.
“Pedirles encarecidamente que nos mantengamos unidos, que nos mantengamos optimistas, que compartamos también las ganas de provocar definitivamente esa transformación por la que hemos venido peleando“, señaló el representante de la emisora.
“Que compartamos también los desasosiegos, porque ocurren y los hemos vivido en estos días y semanas también y que tengan confianza. No sé cuán cerca estamos de que este país se convierta en el que soñamos, pero estoy completamente seguro que estamos menos lejos de lo que habíamos estado en mucho tiempo“, señaló el director de Radio Universidad de Chile.
Por su parte, al recibir la condecoración, la abogada y diputada comunista, Carmen Hertz, agradeció el reconocimiento de la Comisión Chilena de Derechos Humanos e hizo un potente llamado a luchar contra la impunidad y los abusos.
“Todos acá sabemos que jamás al pueblo le han regalado nada, siempre hemos tenido que transitar por caminos de lucha, caminos de sudor y lágrimas. Y quiero finalmente rendir un homenaje emocionada a todos esos jóvenes que hoy están nuevamente dando una lección y gritando al mundo entero que Chile despertó“, sostuvo Hertz.
De la ceremonia también se hicieron parte diversos actores de las organizaciones sociales, de defensa y promoción de los derechos humanos. Entre ellos, el director del Museo de la Memoria, Francisco Estévez; la actriz Aline Kuppenheim; el actor y músico Daniel Muñoz junto a su banda “Los Marujos”; como también Claudio Narea y Miguel Tapia de Los Prisioneros, quienes, para cerrar la conmemoración, interpretaron ‘El baile de los que sobran’, canción que ya se ha transformado en un himno de las últimas movilizaciones.
Fuente: Radio Universidad de Chile.