DECLARACIÓN PÚBLICA
La Plataforma Internacional por los Derechos Humanos, instancia de coordinación de diversas organizaciones sociales y de derechos humanos de América, Europa y Africa, desea expresar su profunda preocupación y rechazo a dos iniciativas que atentan gravemente contra derechos fundamentales de los pueblos, los que se encuentran establecidos en los principales tratados internacionales de Derechos Humanos.
En primer lugar, rechazamos tajantemente la iniciativa propuesta por ex presidentes de Colombia que llamaron abiertamente a una intervención militar en Venezuela, a objeto de deponer el gobierno recién asumido por Nicolás Maduro Moros.
En segundo término, condenamos la medida ejecutiva dispuesta en el día de ayer por Donald Trump en el primer día de su gobierno, en orden a reponer a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Ambas iniciativas vulneran gravemente tanto la Carta de Naciones Unidas, que establece la necesidad de preservar la paz y la sana convivencia entre los pueblos sobre la base del respeto irrestricto del principio de no intervención en asuntos internos de los países, así como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, que en su artículo 1° homónimo consagra el derecho de libre determinación de los pueblos.
Tanto en el caso de Venezuela como el de Cuba, nos preocupa la normalización de estos
discursos belicistas que se enmarcan dentro de una política de agresión propiciada por Estados Unidos en contra de estos dos pueblos que han optado por un camino soberano e independiente para la realización de sus legítimos objetivos.
Dicha política de agresión se ha manifestado, entre otras iniciativas, en la aplicación de medidas coercitivas unilaterales (sanciones económicas y políticas), que han sido condenadas por la comunidad internacional por constituir verdaderos crímenes contra la Humanidad.
Nos preocupa que a pesar que la Asamblea General de Naciones Unidas se ha manifestado en forma sostenida y prácticamente de forma unánime en contra de estas medidas instando por su levantamiento inmediato, (como ocurrió en el caso de Cuba en diciembre pasado), dicha política de agresión continúa implementándose, burlando de manera grosera la voluntad mayoritaria de los pueblos expresada en dicha instancia internacional.
Tal como ocurrió con las múltiples condenas al genocidio en Gaza y las innumerables votaciones de los Estados que llamaban a un cese al fuego y al término de la barbarie queno fueron respetadas por el Estado sionista de Israel con la complicidad de Estados Unidos, el sistema de Naciones Unidas hoy muestra nuevamente su ineficacia.
Los pueblos del mundo merecen una nueva institucionalidad que otorgue garantías de que los propósitos para los cuales fue creada, serán debidamente cumplidos y que la Paz, la convivencia pacífica entre los pueblos y el pleno respeto de los derechos de los pueblos, serán una realidad y no una quimera.
La Plataforma Internacional por los Derechos Humanos y las organizaciones que la integran, están convencidas que avanzar en esa dirección promoviendo una reforma profunda a Naciones Unidas constituye no sólo un clamor mayoritario sino una necesidad imperiosa de los pueblos, que anhelan avanzar en Paz hacia la plena realización de sus sueños colectivos en respeto irrestricto al Derecho Internacional.
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