La Comisión Chilena de Derechos Humanos (CChDH) y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC), presentaron una querella criminal por delito de torturas y brutal golpiza de FF.EE. de Carabineros de Chile a Licenciado en Antropología Social y docente de dicha Casa de Estudios
El presidente de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, Carlos Margotta Trincado, en conjunto con el rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Álvaro Ramis Olivos, presentaron una querella criminal por el delito de torturas, en contra del Presidente de la República, Sebastián Piñera Echeñique; del exMinistro del Interior y Seguridad Pública, Gonzalo Blumel Mac-Iver; del exgeneral Director de Carabineros, Mario Rozas Córdova, y de todos quienes resulten responsables en calidad de autores, cómplices o encubridores de los hechos que provocaron graves lesiones físicas al Licenciado en Antropología Social y docente de dicha casa de estudios, Nicolás Orellana Águila, violentamente agredido por personal de Carabineros de Chile, cuando se dirigía por Avenida Portugal, desde Alameda en dirección al sur, hacia el domicilio de su hermano. Cabe tener presente que el ilícito imputado en la querella es tortura, porque se le infligió a la víctima “intencionalmente dolores o sufrimientos graves”, que le ocasionaron lesiones graves, conducta descrita y sancionada por la Ley 20.357, que tipifica y sanciona los crímenes contra la Humanidad.
Los hechos ocurrieron el 20 de diciembre de 2019, en circunstancias que según relata la víctima; “…encontrándome en Avenida Portugal, recibí en la espalda el impacto de un objeto contundente y sólido. Me di cuenta de que el objeto era una bomba lacrimógena, pues pude ver luego de rebotar en la mochila que llevaba cargada a la espalda, que dicho objeto expulsó el gas a poca distancia de mi”, relata, agregando que debido al susto que le provocó el impacto, apresuró su caminata, siendo interceptado en Avenida Portugal, sector Plaza Pedregal y edificios -lugar al que se dirigía- por tres funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros.
En efecto, precisa que “Cuando estaba frente a la escalera, de un furgón policial descendieron tres funcionarios de Fuerzas Especiales de Carabineros, a los que no les podía ver el rostro ni identificación, pues estaban cubiertos con sus elementos de seguridad. Los tres funcionarios policiales, sin mediar provocación alguna, se dirigían decididamente hacia nosotros, armados, con botas, escudos, bastones y cascos. Pude darme cuenta de que se dirigían hacia mí, en el instante en que se bajaron del vehículo. Mediaba entre ellos y yo, apenas los escasos metros que mide la vereda, y aterrado, intenté subir corriendo la escalera. En ese intento desesperado, me caí”, relata la víctima.
Ante el peligro de ser golpeado, el académico se puso de pie y, ya situado en Plaza Pedregal, “uno de los tres carabineros procuraba darme alcance. Pude ver por el rabillo del ojo derecho, un movimiento realizado por uno de ellos que me alcanzaba por la espalda, lo que advertí en ese movimiento era el palo policial o luma, a la altura del rostro”.
“Toda la fuerza proyectada por este elemento de alcance y sólido, impulsado desde la espalda del funcionario hacia adelante, la recibí en el rostro, impactándome específicamente en el pómulo derecho, lo que provocó incluso ablación de la carne en dicha zona de la cara. El funcionario me atacó directamente en el rostro, a sabiendas de la peligrosidad que un golpe de esa magnitud podía acarrear a mi integridad física, puesto que, en definitiva, se trata de un golpe en la cabeza”, agrega el relato, en el que concluye señalando que, una en el suelo, “instintivamente encogí el cuerpo, llevando las rodillas al pecho e intenté cubrirme con los brazos y manos el rostro y la cabeza. Nunca había recibido una golpiza así”.
Con su rostro sangrando, Nicolás Orellana Águila fue abandonado en el lugar y socorrido por dos personas, testigos de la violencia con que fue golpeado. Recibió los primeros auxilios en el puesto de salud ubicado a uno de los costados de Plaza Pedregal, para posteriormente constatar lesiones en el Instituto Traumatológico Dr. Teodoro Gebauer Weisser.
Fuente: Le Monde Diplomatique.